Mato Grosso es el mayor productor de carne bovina de Brasil, con más de 35 millones de cabezas de ganado, y uno de los mayores exportadores del producto, pero aún tiene grandes desafíos a la hora de aprovechar todo el potencial productivo de las áreas destinadas a la ganadería. Un ejemplo es el número de animales por hectárea, la llamada carga ganadera, cuya media estatal es inferior a 1 animal por hectárea, según el IMEA-MT. Una de las consecuencias es la baja productividad por hectárea y la disminución de los ingresos del productor.
En este escenario, para aumentar la rentabilidad, el camino ha sido ampliar la superficie de pastos para albergar más animales y producir más arrobas de carne. Sin embargo, ante un mercado consumidor cada vez más exigente y preocupado por el mantenimiento de las zonas forestales, equilibrar esta ecuación ya no es una opción, sino que se ha convertido en un objetivo a alcanzar.
Para lograr estos resultados, es fundamental contar con una gestión más adecuada de la propiedad, incluyendo buenas prácticas en el manejo de pastos. No obstante, la falta de conocimiento técnico adecuado para la aplicación de las mejores prácticas suele ser un obstáculo importante para la intensificación y el mejor uso de los recursos disponibles.
En la región del Valle de Juruena, en Mato Grosso, los pequeños productores de terneros adoptaron, hace aproximadamente dos años, este modelo, con una asistencia técnica totalmente gratuita a través del Programa de Producción Sostenible de Terneros, cofinanciado por IDH y la Fundación Carrefour, y cuyas actividades en campo están coordinadas por la empresa NATCAP.
En junio se inició la implementación de 3 unidades demostrativas para la mejora en el manejo de los pastos y la intensificación de la producción. Estas intervenciones implican diferentes modelos de producción, adecuados a las características locales (clima y suelo) y al nivel tecnológico de cada productor. El objetivo es tener más ganado en la misma superficie, lo que se traduce en un aumento de la productividad al mejorar el sistema animal vs. pasto.
En esta etapa, se seleccionaron pequeñas fincas, con menos de 100 hectáreas, comprometidas desde el inicio del Programa, siendo que las unidades de demostración, dentro de estas propiedades, ocupan áreas que varían de 10 a 15 hectáreas.
Pero ¿cómo ocurre esto en la práctica? El pasto está dividido en partes más pequeñas, llamadas estacas, que están delimitadas por vallas. El suelo se corrige y se abona para que el pasto pueda crecer con más vigor. Con abundante comida de calidad, el ganado rota, aprovechando todo el potencial de cada una de las estacas. Con ello es posible tener más animales en la misma zona; el ganado también gana peso en menos tiempo, destetando terneros más pesados y las vacas recuperan su condición reproductiva más rápidamente. La meta es aumentar la rentabilidad del pequeño productor y ofrecer un producto más sostenible al consumidor.
Programa de Producción Sostenible de Terneros
Otra parte del Programa se desarrolla en la región del Valle de Araguaia, implementada por Acrimat. En total, la meta es apoyar a 457 productores de terneros hasta fines de 2022. Para la realización de las actividades, las inversiones previstas suman 3,5 millones de euros de IDH, Fundación Carrefour y el Grupo Carrefour.